Desde el Ministerio de Salud, se recomienda tomar precaución
ante un eventual aumento de temperatura. Beber agua, fundamental.
El Ministerio de Salud solicita a la población cumplir con
las siguientes recomendaciones para evitar golpes de calor, ya que en estas
instancias las altas temperaturas pueden afectar la salud de todas las
personas. Las altas temperaturas seguirán toda la primera y segunda semana de
enero, con una media de 28º a 30º.
La premisa fundamental para prevenir el golpe de calor es
beber abundante agua, tratar de permanecer en lugares frescos en horarios de
sofocante calor y evitar realizar ejercicio en horario de sol intenso.
Con estos cuidados se puede prevenir el golpe de calor, la
deshidratación o los trastornos gastrointestinales, entre otros problemas;
especialmente en los grupos que presentan mayor riesgo, como bebés y niños,
ancianos y personas con enfermedades crónicas.
Los ancianos internados en instituciones (hospitales y
geriátricos) tienen riesgo elevado de padecer el golpe de calor.
Si una persona siente mareos o se desvanece, hay que
acostarla en un lugar fresco, bajo techo. Se le puede ofrecer una bebida
rehidratante, pero nunca infusiones calientes ni muy dulces. Un chorro de agua
en las muñecas proporciona alivio.
Algunas de las medidas básicas a tener en cuenta durante las
próximas jornadas, entre las que se destacan:
Tomar mucha agua durante todo el día.
Evitar las comidas abundantes. Consumir alimentos frescos,
como frutas y verduras, que hayan sido previamente lavados con agua segura.
Evitar el consumo de bebidas alcohólicas o muy dulces, y las
infusiones calientes.
Usar ropa suelta, de materiales livianos y colores claros.
No realizar ejercicio físico al aire libre, en horas de sol
intenso.
Tampoco hacer actividades en lugares calurosos.
Protegerse del sol poniéndose un sombrero o situarse bajo
una sombrilla.
En caso de exponerse al sol, aplicar sobre el cuerpo cremas
con protector solar no menor a 20 FPS
(Factor de Protección Solar).
En caso de poseer aire acondicionado, programarlo a partir
de los 24 grados.
Para lactantes y niños pequeños:
Darles el pecho a los lactantes con más frecuencia.
Hacerlos beber agua fresca y segura.
Trasladarlos a lugares frescos y ventilados.
Ducharlos o mojarles el cuerpo con agua fresca.
En el caso de los adultos mayores y personas con
enfermedades crónicas:
Tomar abundante líquido, en especial agua, al menos 2 litros
diarios y con frecuencia, aunque no sienta sed.
Evitar salir a la calle en las horas más calurosas del día.
Cubrirse la cabeza con un sombrero o gorra y vestirse con
ropa ligera, de colores claros.
Usar anteojos para protegerse del sol.
En caso de tener que salir a la calle, tratar de caminar por
la sombra.
En lo posible, darse un baño diario, preferentemente en
forma de ducha; o bien refrescarse con paños húmedos.
Es importante una buena nutrición: aumentar el consumo de
frutas y verduras frescas (por lo menos 5 por día, entre ambas).
Comer las cuatro comidas, no saltearse ninguna.
Evitar el alcohol, las bebidas con cafeína y las comidas
calientes
Dentro de la casa, quedarse en la sala más fresca.
En caso de no sentirse bien por el calor, pedir ayuda. Y si
además aparecen síntomas como dolor de cabeza, dolor abdominal, nauseas,
vómitos o mareos, consultar con urgencia al médico.
En caso de vivir solo, tratar de mantenerse en contacto con
alguien cercano.
Ante la aparición de síntomas
El Ministerio de Salud recuerda que si una persona siente
mareos o se desvanece, se la debe acostar en un lugar fresco, bajo techo. Se le
puede ofrecer una bebida rehidratante, pero nunca infusiones calientes ni muy dulces,
y se le puede colocar agua fría en las muñecas para aliviarla.
Otros síntomas de alerta son: dolor de cabeza, sensación de
fatiga, sed intensa, náuseas y vómitos, calambres musculares, convulsiones,
sudoración –que cesa repentinamente–, somnolencia y respiración alterada.
Frente a ellos, es fundamental concurrir rápidamente a la consulta médica en el
centro de salud más cercano.
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