El screening auditivo es un estudio que se realiza de manera
obligatoria cuando nace un bebé.
Buenos Aires, marzo 2016. Muchos niños con
problemas de audición son diagnosticados en la etapa escolar, incluso si ya
nacieron hipoacúsicos. Problemas como la falta de atención, retrasos en el
lenguaje o en el aprendizaje - con respecto al resto de la clase- pueden
ser signos de una hipoacusia sin diagnosticar. Por esta razón, es de
suma importancia que los bebés al nacer sean chequeados para determinar
tempranamente su capacidad auditiva, para así brindarle el tratamiento que
necesitara en forma rápida y oportuna.
El screening auditivo es un estudio que se realiza de manera
obligatoria cuando nace un bebé, sin embargo los padres también deben estar
atentos para hacer un chequeo siempre que el niño presente algún síntoma de que
su audición pueda estar comprometida. Actualmente se sugieren chequeos
auditivos al entrar al colegio en etapas pre escolares. Además realizar un
seguimiento específico a aquellos niños que, por antecedentes familiares
o personales, corren riesgo de padecer hipoacusia.
Mónica Matti, Fonoaudióloga, Gerente de Formación de GAES
Argentina, afirma que “el impacto de la pérdida auditiva sobre la
adquisición y desarrollo del lenguaje y las capacidades cognitivas, dependen en
gran medida de una efectiva detección temprana, es por ello que sugiero a los
padres tener en cuenta los controles de audición de los niños en diferentes
etapas de su desarrollo”.
Las causas más habituales de una derivación al fonoaudiólogo
por parte del pediatra están relacionadas con trastornos del habla que se
observan en los niños, así como también sospechas de hipoacusia, especialmente
alrededor de los 12 meses, en caso de una hipoacusia congénita y en edad
preescolar por hipoacusias producidas por otitis u otros problemas de
congestión del oído.
En el caso del habla, la primera consulta se da entre el
primer y segundo año de vida, en tanto se lentifica la adquisición del
lenguaje. También se dan las consultas por problemas de pronunciación, que se
hacen evidentes en la época del jardín de infantes donde el niño no logra
comunicarse del todo bien con sus pares. Los padres deberían prestar atención a
las respuestas del niño ante el estímulo auditivo y este tipo de reacciones son
diferentes de acuerdo a la edad:
· La
mayoría de los lactantes recién nacidos se sobresaltan o "asustan"
ante los ruidos fuertes y repentinos.
· A los
tres meses, un bebé por lo general reconoce la voz de los padres.
· A los
seis meses, por lo general un lactante puede mirar o girar la cabeza hacia el
lugar desde donde proviene un sonido.
· Es
frecuente que, a los 12 meses, un niño pueda imitar algunos sonidos y decir
unas pocas palabras, como "mamá" o "adiós".
A medida que el bebé crece hasta convertirse en un niño pequeño, los signos de pérdida de audición pueden incluir:
· Limitaciones
en el habla, habla deficiente o falta de habla
· Falta
de atención frecuente
· Dificultades
de aprendizaje
· Necesidad
de subir el volumen del televisor
· Falta
de respuesta al nivel ruido conversacional o respuesta inadecuado
Según Matti, “los estudios más recomendados en
etapas muy tempranas son tanto las otoemisiones acústicas, como los
potenciales evocados auditivos, que son estudios objetivos y no invasivos.
Cuando el niño es más grande los estudios básicos para realizar una evaluación
de la función auditiva es la audiometría tonal, timpanómetria e impedanciometria”.
No hay por el momento estadísticas oficiales respecto a la
hipoacusia en nuestro país. Sin embargo, a partir de la implementación
del plan nacional de detección e intervención temprana de la hipoacusia, las
primeras aproximaciones indican que, al igual que en otros países del mundo, la
incidencia es 1 ó 2 bebes hipoacúsicos con hipoacusia de severa a profunda cada
1000 nacimientos y que este número aumenta a 4 ó 5 cada 100 nacimientos en RN
de alto riesgo de padecer hipoacusia por antecedentes familiares o personales.
En el caso de los niños prematuros, (aquel bebé que nace
antes de la semana 37), según estadísticas del Ministerio de Salud de la Nación
y UNICEF, en nuestro país nacen alrededor de 8000 niños con menos de 1,5gs de
peso. De esos bebés, 2000 pueden quedar con alguna secuela, entre ellas, la
sordera.
El bebé que pesa menos de 1,5 kgs está más expuesto al daño
de la vía auditiva. En este sentido, la hipoacusia en bebés prematuros
corresponde a un déficit auditivo igual o mayor a 35-40 decibeles HL, lo cual
puede ser determinado a través de un examen de potenciales auditivos. “Cuanto
antes se detecte más posibilidades tendrá de un tratamiento”, finaliza
Matti.