Es una enfermedad crónica y recidivante de la piel.Su manifestación comienza a edades muy tempranas, en algunos casos remiten en la infancia o en la adolescencia, pero en otros persiste a lo largo de toda la vida, o se presenta recién en la edad adulta.
por la Dra. Carla Castro
Coordinadora del área de
Dermatitis Atópica del Hospital Austral
MN. 92659
La piel es una parte de nuestro organismo muy
visible, cualquier cambio o alteración que tenga está fácilmente a la vista de
todos. Este órgano define nuestros rasgos, nuestra imagen, transmite nuestros
sentimientos, nos conecta con el mundo y con las personas, por lo que cualquier
cosa que en ella suceda, impacta
enormemente en nuestra vida y en la relación con quienes nos rodean. Al estar
tan expuesta, cualquier cambio o lesión que aparece en ella queda al alcance
del ojo y juicio ajeno.
Lo que no se deja vera simple vista, son las
características de cada enfermedad que puede presentarse en ella; la mayoría de
las personas creen que todas estas lesiones son contagiosas, generando muchas
veces el rechazo y aislamiento de quienes las presentan, por no entender de qué
se trata.
Si bien de estos problemas de la piel, la psoriasis quizás es la más reconocida hoy en
día, por la mayoría de la gente, debido a la difusión que se ha hecho en los
últimos años,los eccemas son las lesiones inflamatorias más frecuentes que se
observan en ella. Estos son fáciles de reconocer porque se presentan como manchas rojas que se
acompañan de una picazón intensa.
Los eccemas, muchas veces generan un gran
impacto en la vida de quienes los padecen y puede condicionar múltiples aspectos
cotidianos como la manera de vestirse, de comer, la elección del trabajo y el
rendimiento laboral, la forma de vincularse, el descanso, y la actividad escolar.
Un gran porcentaje de estos eccemas corresponden
a un diagnóstico llamado Dermatitis Atópica. Esta enfermedad afecta a más del 20% de los niños y entre un 1-8% de los
adultos en distintos países del mundo y su incidencia está en aumento,
especialmente en los países industrializados.
Es una enfermedad crónica y recidivante de la piel.Su manifestación comienza a edades muy
tempranas, en algunos casos remiten en la infancia o en la adolescencia, pero
en otros persiste a lo largo de toda la vida, o se presenta recién en la edad
adulta. Se trata de una enfermedad inmunológica de la piel, NO cotagiosa, en
donde se observan reacciones exageradas de las defensas de la misma ante la exposición
a diversos agentes, como los ambientales: polvo, ácaros, polución ambiental;
cambios bruscos de temperatura; o factores irritantes locales, como jabones,
perfumes, géneros sintéticos o vestimenta de lana, entre otros. Se produce
cuando la piel, -en general, muy seca- no cumple con su función de barrera
protectora.Esto se suele asociar a un sistema inmunológico hiperactivo, es
decir, que trabaja más de la cuenta y responde exageradamente al tomar contacto
con ellos.
Es muy común encontrarse con pacientes que hace tiempo se encuentran automedicándose
cada vez que aparece un brote, o que se hayan rendido y no realicen ningún
tratamiento porque ninguno de los que les han indicado logra mejorar su
enfermedad.
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