Un 40% menos de casos de meningitis por
neumococo y 42% de enfermos por coqueluche en menores de 6 meses en
períodos de solo un año junto a ningún caso de trasplantes por
fallo hepático fulminante desde la aplicación de la vacuna contra
la hepatitis A, son algunos de los resultados tangibles del actual
Calendario de Vacunación.
En pocos años, las vacunas oficiales
argentinas pasaron de cubrir sólo al niño a toda la familia,
siempre con la modalidad gratuita y obligatoria. Si bien ambos rasgos
son para los argentinos naturales, en muchos países, incluidos los
más desarrollados, la mayoría de las vacunas solo son sugeridas y
con costo.
A modo de retrospectiva, en poco más
de una década Argentina y por ende Mendoza amplió su calendario de
8 vacunas en el 2003 a 17 en el 2015. Para su ejecución, la
Provincia avanzó en la capacitación de los equipos de salud a fin
de contar con la cantidad necesaria de personal idóneo y autorizado.
Hitos de salud
Uno de los hitos en el desafío de
prevenir la enfermedad es la vacuna contra la hepatitis A. Desde su
incorporación en 2005 no se han realizado más trasplantes hepáticos
por fallo fulminante, debido a esta enfermedad. Argentina fue el
primer país en el mundo en aplicar una sola dosis al año de vida.
Otros países, que tienen esta vacuna en sus calendarios, utilizan el
esquema de dos dosis. Y la propuesta de única dosis ha sido
reconocida y avalada por la Organización Mundial del a Salud (OMS) y
ahora Colombia replica la experiencia argentina.
La inclusión en el calendario de la
vacuna triple bacteriana acelular a partir de las 20 semanas de
gestación demostró su efecto. En solo un año hizo descender de 78
casos de coqueluche en menores de 6 meses a 33 casos confirmados en
2014.
Esto se traduce en la disminución del
número de internaciones y complicaciones en este grupo etario.
Según la Dirección Nacional de
Control de Enfermedades Inmunoprevenibles (DiNaCEI) dependiente del
Ministerio de Salud de la Nación, Mendoza concluyó en primer lugar
a nivel nacional por la campaña de vacunación 2014 contra
sarampión, rubéola y poliomielitis alcanzando coberturas del 99,8%.
En ese período, fue superada la meta
de vacunación escolar. De los 50.000 niños que se preveía
inmunizar en los jardines de 5 años y alumnos de sexto grado, en
setiembre del año pasado se llegó a 51.700.
En 2011 se sumó al Calendario la
Vacuna Antigripal gratuita para los grupos de riesgo y desde ese
momento 230.000 mendocinos reciben cada año su dosis contra la
gripe. Fue también el 2011 un año clave en la evolución del
esquema de vacunación. Por un lado, se incorporo la vacuna contra el
virus papiloma humano a niñas de 11 años, uno de los pilares para
prevenir el cáncer de cuello de útero. Ese mismo año se agrega la
vacuna contra el neumococo para niños menores de 1 año, por la cual
se observa una reducción del 40% de las meningitis (por neumococo),
según indica el Ministerio de Salud de la Nación.
El 2014 se destaca por la incorporación
de la vacunación universal de Hepatitis B sin límite de edad y así
más de 177.326 mendocinos ya se han vacunado.
También a partir de enero de 2015 se
incluyó la vacuna contra Rotavirus, principal causa de diarrea en
menores de 5 años. El Anticuerpo Palivizumab destinado a prematuros
de bajo peso, ahora es aplicado de manera gratuita para aquellos
niños sin cobertura social. El año pasado se colocaron 539 dosis,
representando el 98% de cobertura de la población objetivo
incluyéndose por primera vez a los niños de OSEP.
Las vacunas contra la varicela y el
meningococo integran los desafíos para lo que resta del año.
Los agentes sanitarios como pilar de
las inmunizaciones
Táctica y estrategia. Contar con un
calendario amplio, gratuito y obligatorio es una meta que debe
complementarse con su contraparte operativa para hacerse efectivo.
Un pilar para mejorar la salud mediante
el aumento de las inmunizaciones es el recurso humano. Extendido en
todo el territorio y en cantidad suficiente sería la mano ejecutora.
De ahí que a los enfermeros que siempre han colocado vacunas se sumó
un grupo humano que bajo el nombre de vacunadores eventuales, y
organizados en un Registro, lograron ampliar la red de personal apto
para vacunar.
La vacuna, protección personal y
conducta solidaria
A la vez de cercar a las enfermedades
infecciosas inmunoprevenibles, la vacuna es un gesto solidario. Al
vacunar a la comunidad es posible controlar y hasta eliminar una
enfermedad. Así pasó con la viruela que fue erradicada en Argentina
en la década del ‘60 y desapareció en todo el mundo unos años
más tarde.
La gran mayoría de la población
fomenta y practica la cultura de la vacunación para protegerse como
ser humano y como sociedad de la enfermedad, porque entiende que es
el modo de romper con la cadena de transmisión.
Hoy mientras algunas enfermedades están
en vías de desaparición como el sarampión aparecen nuevas
patologías. Implican nuevos desafíos para la especie humana.
Sabemos que una pequeña dosis de lo que puede enfermarnos levanta
nuestras defensas y nos protege.
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