Otro hecho lamentable sucedió en nuestra provincia. Como es
de público conocimiento, una persona con una enfermedad mental grave, en una
crisis delirante asesinó a su hermano. Una semana antes se había escapado del
Hospital General de la zona y su familia le habría dado refugio.
Ante dicha tragedia comienzan los cruces de culpabilidades.
El Hospital, la psicóloga, la familia, la Ley Nacional de salud mental, el
Gobierno, etc. Y esta actitud enceguece y no permite ver la complejidad de la problemática de salud
mental a nivel sanitario tanto en nuestra
provincia como en el mundo entero.
Según el Programa Mundial de Salud Mental OMS 2013-2020,
existe una alarmante carga de los trastornos mentales, donde una de cada cuatro
personas, es decir el 25% de la población, sufre en algún momento de la vida de
al menos un trastorno mental.
Actualmente hay 450 millones de personas con trastornos
mentales en países tanto desarrollados como en desarrollo. Los problemas de
salud mental constituyen cinco de las diez
principales causas de discapacidad en todo el mundo, lo que supone casi un
tercio del total de la discapacidad mundial. Los trastornos con mayor peso son
la depresión, el abuso de sustancias, la esquizofrenia y la demencia. Esta
carga cobra un elevado tributo en forma de sufrimiento, discapacidad y pérdidas
económicas. Aunque los trastornos mentales afectan a personas de todos los
grupos sociales y países, los pobres los sufren de forma desproporcionadamente
mayor. Además, dado que la longevidad aumenta y las poblaciones envejecen, en
las próximas décadas aumentará el número de afectados por trastornos mentales,
así como la carga consiguiente.
La argentina posee una Ley Nacional de Salud Mental, que
expresa en su artículo 3, la complejidad de la problemática al reconocerla como
un proceso determinado por componentes históricos, socio-económicos,
culturales, biológicos y psicológicos, cuya preservación y mejoramiento implica
una dinámica de construcción social vinculada a la concreción de los derechos humanos y sociales
de toda persona.
La legislación argentina establece un cambio de paradigma
que es necesario abordarlo integral y rápidamente, ya que se trata de vidas
humanas, su evolución o deterioro, sus capacidades
o discapacidades, su vida o su muerte.
Si bien en Mendoza existe la Dirección de Salud Mental y
Adicciones, la misma fue creada por una resolución ministerial y actualmente
depende de la Subsecretaría de Gestión de Salud. Este área no cuenta con presupuesto
adecuado y suficiente para cumplir la finalidad de los cambios profundos que
propone la Ley Nacional de Salud Mental. Es necesario, dada la dimensión de la
situación de Salud Mental y las consecuencias de la misma, dotar de
herramientas al Estado para brindar mayor eficiencia y eficacia a la atención
de las problemáticas y sufrimientos mentales de las personas de la Provincia.
Como legisladora me comprometo a trabajar en esta temática
que afecta a tantos
En primera instancia, impulsaré un proyecto para instaurar
la Dirección de Salud Mental y Adicciones por ley y dependiente directamente del Ministro de
Salud de la Provincia, jerarquizando la
Dirección y dotándola del presupuesto y recursos adecuados, para que posea
todas las facultades y herramientas necesarias a fin de profundizar y optimizar
la Red de Salud Mental de la Provincia, dentro del marco de la ley Nacional
26.657.
El Ministerio deberá destinar el10 % como mínimo de su
presupuesto para ésta área, según lo sugieren los estándares internacionales.
La importancia de elevar por Ley La Dirección de Salud
Mental y Adicciones tiene como objetivo
jerarquizar, insisto, la salud mental de la provincia, responsabilizándonos a trabajar fuertemente en la articulación en red
con distintos sectores sociales, con organizaciones
de la sociedad civil y con referentes comunitarios que soporten y contengan la nueva Atención en Salud Mental,
que el nuevo paradigma nos alienta a generar.
Esto implicará abordajes interdisciplinarios e intersectoriales, con una mirada
integral de la salud, generando así
construcción de ciudadanía, basado en la promoción de los Derechos Humanos de
la población en el modelo de Atención Primaria de la Salud. El nuevo paradigma
de la ley es claro, no hay que estigmatizar, separar o segregar de la sociedad; hay que incluir, contener y cuidar
porque todos somos personas y tenemos Derechos
Humanos inalienables.
Este nuevo paradigma no se basa en deshacerse de lo
recorrido y construido sino que al contrario, el desafío es avanzar y profundizar
como ocurre en toda evolución científica. Por ello, el Estado debe liderar y
profesionalizarse en el abordaje integral de la Salud Mental, siendo garante de la contención y
derechos de los ciudadanos afectados.
Claudia
Najul
Bloque UCR
Senadora
Provincial
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