En niños con baja talla por diversas condiciones metabólicas, se indica el tratamiento con reemplazo de hormona de crecimiento. Para lograr que el niño alcance la mayor talla posible es fundamental su adherencia terapéutica, es decir, el cumplimiento del tratamiento indicado por el especialista, que tiene que ver con la aplicación sistemática de las dosis.
El tratamiento para niños con baja talla, que consta de la
administración de un reemplazo de hormona de crecimiento mediante inyecciones
diarias para la normalización del metabolismo, produce resultados alentadores:
si se realiza correctamente, esa persona podrá crecer hasta conseguir una talla
normal. Asimismo, en algunos casos específicos, se previenen complicaciones más
serias como hipoglucemia o daño neurológico.
En la búsqueda de un resultado óptimo, es una condición
fundamental la adherencia al tratamiento, que se mide en cantidad de días en la
que se aplicó una dosis sobre la cantidad de días en los que se debería haber
aplicado: cada dosis que no se administra es una dosis perdida. Los
profesionales están convencidos de que la adherencia es la razón principal por
la cual en algunos casos el tratamiento falla. Debido a esto, se debe asegurar
que el niño reciba la medicación lo más regularmente posible, según lo que el
médico le indique.
En una etapa inicial, los padres suelen seguir de cerca las
aplicaciones diarias de su hijo. Sin embargo, a medida que éste crece y
adquiere un mayor grado de autonomía, en ocasiones esta realidad contribuye a
que se altere el tratamiento, con el riesgo que representa.
Esto cobra real dimensión cuando se comprende que existe una
ventana de oportunidad para este tratamiento. Es decir, no puede realizarse
durante toda la vida, sino que una vez que los cartílagos de crecimiento se ‘cierran’,
proceso que ocurre al fin de la adolescencia, el tratamiento ya no tiene
efecto, por lo que éste debe realizarse entre la niñez y esta última etapa, que
es entre los 16 y 17 años en mujeres y 17 y 18 en varones.
Otros de los factores que influyen en el resultado final son
el tratamiento precoz, es decir, que una vez que se lo diagnostique, se
comience inmediatamente con la intervención, y la adecuación de la dosis: que
cada inyección contenga la cantidad necesaria de hormona según cada caso. Para que
este último punto se cumpla es necesario que se visite periódicamente al
especialista, ya que quizás sea necesario ir adecuando la dosis en cada etapa
del tratamiento.
La indicación no es simplemente para los niños que son
“bajos”, con un objetivo estético, sino que es para aquellos que tienen
trastornos concretos vinculados a un déficit de crecimiento. Además de
compensar la altura, el tratamiento con hormona de crecimiento neutraliza
consecuentemente problemas emocionales, afectivos, de rendimiento escolar y -en
el futuro- laborales y de pareja.
Para arribar al diagnóstico a tiempo, es importante acudir
al pediatra para realizar los controles regulares de cada etapa del
crecimiento; muchas veces, luego del primer año de vida, estas visitas se
discontinúan. Ante cualquier sospecha de esta patología, que puede aparecer por
percibir que el niño no cambia de talle de ropa o por la comparación con sus
compañeros de escuela, es pertinente realizar una consulta, ya sea con el
pediatra o con un médico especializado en endocrinología infanto-juvenil. Dicho
diagnóstico se realiza a través de análisis sanguíneos y cromosómicos, sumado a
una radiografía de muñeca.
Avances que contribuyen a la adherencia
Con el fin de facilitar la inyección y de optimizar la adherencia,
se creó una herramienta de aplicación de la dosis, que además cuenta con un
sistema de software que envía feedback al médico de porcentaje de adherencia y
dosis.
Se trata de un aplicador de dosis preestablecidas de
hormonas de crecimiento. Esto implica que no es necesario cargar la dosis con
cada aplicación, sino que se determina una vez y queda guardada en el sistema.
Para una mejor precisión en cada inyección, cuenta con un sensor de piel que
adapta correctamente la posición.
Mediante una aplicación web denominada easypod connect, la
información referida a la adherencia al tratamiento, dosis e inyección, son
trasmitidas al médico. De esta manera, se puede evaluar si el paciente está
recibiendo bien el tratamiento, administrándolo en las dosis recomendadas y si
se realiza la cantidad de inyecciones necesarias. Con esta información, el
especialista puede ajustar el seguimiento y así el paciente obtener un mejor
resultado.
En una investigación, denominada ‘Estudio observacional
de easypod connect’, se analizó la adherencia de los pacientes al tratamiento
(medida en cantidad de días en la que se administró la inyección dividido por
la cantidad de días en la que se la debería haber dado), la influencia de la
adherencia en los resultados clínicos y la identificación de factores que
pueden tener un rol en la adherencia. Incluyó a 1.972 pacientes de una edad
mediana de 9.8 años. La adherencia mediana fue del 93%, superior a aquella
documentada en estudios previos basados en cuestionarios. A su vez, esta
adherencia se mantuvo en el tiempo.
Con el objetivo de optimizar esta adherencia, el dispositivo
brinda la opción de establecer alarmas que son enviadas al paciente via e-mail
o SMS. Se pueden transferir datos sobre inyección, dosis, adherencia con o sin
uso de computadora a una base de datos a la cual tienen acceso los
profesionales de salud.
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