La vía de transmisión
más frecuente continúa y continuará siendo las prácticas sexuales
desprotegidas.
En el marco de la conmemoración del Día Internacional de la
lucha contra el Sida, el Ministerio de Salud dio a conocer el informe
epidemiológico de la situación de VIH/Sida en la Provincia hasta este año.
Se han notificado desde 1.984 hasta el 31 de setiembre del
2.014, un total de 3.312 casos de infección por VIH; de los cuales el 33.84%
alcanzó una etapa de Sida (1.121 casos) y el 15.3% ha fallecido (509).
Entre los principales datos se destaca: que la vía de
transmisión de la enfermedad más frecuente siguen siendo las relaciones
sexuales no protegidas, ello implica en los diagnósticos realizados en el
período 2010-14 el 97.30% del total acumulado.
En tanto el porcentaje de diagnósticos tardíos ha descendido
de un 34% en quinquenio 2000-04 a un 20% durante 2010-14 y el 80% de la población afectada por la
epidemia residía en el Gran Mendoza.
La tendencia muestra un aumento mayor en la cantidad de infecciones
que en casos de sida y defunciones. Esto refleja una disminución en términos porcentuales
de personas enfermas de sida o fallecidas con respecto a la totalidad de las
personas infectadas, que probablemente esté relacionado con un mejor acceso al diagnóstico
y tratamiento.
Se trata de una epidemia presente y actual, con un mayor
impacto en la sociedad mendocina que presenta una tendencia cada vez mayor.
Esto se puede notar en el porcentaje de personas diagnosticadas con respecto al
total acumulado de diagnósticos. Desde el año 2.000 a la fecha se diagnosticaron
el 80% de los casos acumulados y en los últimos 3 años (2010-2014) se
diagnosticó el 36% de la población total acumulada.
Con respecto a la tasa de nuevos casos de Sida también se
visualiza una tendencia creciente y es más leve el crecimiento en la tasa de defunciones.
En líneas generales existe un mayor acceso temprano al
diagnóstico cuando se observa el total de la población con VIH. Esto es
producto de las políticas públicas en materia de prevención y promoción del
acceso al diagnóstico desarrollas en el País y la Provincia.
Encontramos que el porcentaje de diagnósticos tardíos (son
aquellos que al momento del diagnóstico o un año posterior a éste ya presentan características
sintomáticas de Sida) ha descendido de un 34% en quinquenio 2000-04 a un 20%
durante 2010-14. Lo que refleja una mejora en la accesibilidad al diagnóstico;
accesibilidad que está determinada tanto por factores objetivos como son la
disponibilidad de recursos por parte de las instituciones de salud para
realizar los testeos que se demandan.
Si bien el acceso temprano al diagnóstico ha mejorado
considerablemente en la población con VIH, aún queda mucho por hacer en esta
materia, ya que existe una relación muy estrecha entre el diagnóstico tardío y
las probabilidades de desarrollar una enfermedad marcadora de sida. Por lo que se
reitera la importancia de un diagnóstico temprano para prevenir los casos de
sida y las defunciones.
Sexo y edad
Desde 1.984 de los
3.312 casos registrados, 2.447 son de sexo masculino y 865 femeninos. El 94.35%
de estos casos fue diagnosticado entre los 15 y 59 años. Por sus niveles de
frecuencia es el grupo adolescentes y adultos (15-59 años) el que determina el
comportamiento general de la epidemia.
Este sector ha ampliado su participación desde la segunda
mitad de la década del 90 al presente desde un 90.91% a un 94.35%. Acompañando
este aumento también está, aunque con menor medida la población de adultos-mayores
(60 años o más).
Ambos sectores presentan aumentos constantes en la
participación porcentual, en tanto que los menores de 14 años descienden desde
el quinquenio 1995-99 hasta el presente de forma constante.
Entre los 15 y 59
años se ha mantenido la relación entre personas de sexo masculino y femenino.
Aunque en términos acumulados se sigue manifestando una
mayor participación de las personas de sexo femenino aunque su aumento es cada vez
menos intenso. En el quinquenio en curso la relación acumulad entre ambos sexos
está por debajo de los 3 puntos. Es decir que por cada persona de sexo
femenino, se diagnosticaron 2.92 de sexo masculino desde 1984 a la fecha.
También se puede observar que el crecimiento de la edad
promedio en la población femenina es mayor y que para el quinquenio en curso la
edad promedio de las mujeres al momento del diagnóstico es mayor que la de la masculina
alcanzando los 35 años promedio al momento del diagnóstico. Es decir que el
panorama en relación a la edad promedio se ha modificado considerablemente con
respecto a años anteriores.
Residencia
El 96% de la población residía en la Provincia de Mendoza al
momento del diagnóstico. De las personas que residían en Mendoza, el 80% de la población
afectada por la epidemia residía en el Gran Mendoza. Dentro de esta región los
departamentos de Ciudad, Guaymallén y Las Heras, denominados el Gran Mendoza
Norte representan el 66.8% del total de los casos de la Región. Esta relación
entre Gran Mendoza Norte y Sur (Godoy Cruz, Maipú y Luján de Cuyo) se mantiene
relativamente estable desde mediados de la década del 90.
El segundo valor preponderante (aunque mucho menor que el
Gran Mendoza) lo presenta en la actualidad la región del Este (San Martín,
Rivadavia y Junín) que significa el 8.6% de los casos. Esta región junto con el
Centro-Oeste (Valle de Uco) aumentaron en forma constante su participación desde
principios de los 90`s, a diferencia del Gran Mendoza que, aunque sigue siendo
el lugar de mayor concentración, ha ido reduciendo su participación muy
paulatinamente. Lo mismo sucede con el Sur (San Rafael, Malargüe y Gral.
Alvear) y el Noreste (Lavalle, Santa Rosa y La Paz) presenta valores similares
Vías de Transmisión
El desarrollo de la epidemia está determinado por las
personas con prácticas sexuales desprotegidas.
Desde el comienzo de la misma este sector de la población no
ha dejado de aumentar su participación. No es así con los usuarios de drogas intravenosas
(UDIs), transmisión vertical y receptores de sangre o hemoderivados, quienes
por diversos motivos fueron disminuyendo.
En el caso de los UDIs, está vinculado este descenso a un
cambio en el modo de consumo de las principales sustancias ilegales adictivas en
Argentina que son por ingesta oral o nasal.
En el caso de la
transmisión vertical, la implementación del protocolo de profilaxis para la
prevención de la transmisión vertical desde 1995-96 y la implementación de la
obligatoriedad del ofrecimiento del test a toda mujer embarazada desde el 2002,
permitió que menos niños/as nacieran con el virus.
En cuanto a receptores de sangre y otros hemoderivados,
desde el año 1991 se incluye el examen del VIH como obligatorio a todo elemento
a transfundir. Si bien esto produjo una considerable disminución, aún hoy existe
en materia de transmisión vertical y transfundidos casos nuevos.
Por lo que aún quedan cuestiones pendientes con respecto a
la universalización de las políticas públicas de salud (nos referimos tanto al
ámbito estatal como privado). Con respecto a las prácticas sexuales desprotegidas
cabe mencionar, que para detener dicha vía de transmisión se han desarrollado
distintas políticas para la concientización del uso correcto del preservativo y
favorecer la accesibilidad gratuita a los mismos, pero dichas prácticas no
pueden ser reguladas por ninguna ley o norma ya que pertenecen al ámbito
privado de las personas y la decisión o no de protegerse al momento de una
práctica sexual está atravesado por distintos factores socioculturales de cada
individuo.
Como dijimos, el modo de transmisión del virus más frecuente
está vinculado a prácticas sexuales desprotegidas (sin el uso correcto del preservativo).
Ello implica en los diagnósticos realizados en el período 2010-14 el 97.30% del
total acumulado. Muy por debajo de este valor se encuentran las personas
usuarias de drogas intravenosas (UDIs) con un 1.39% y aquellas infectadas por
transmisión vertical (1.22%).
Consideraciones
finales
Independientemente de las características internas de la
epidemia, encontramos que la problemática del VIH no es exclusiva de ciertas personas
con ciertas prácticas sexuales. Que cualquier práctica sexual desprotegida es
una situación de vulnerabilidad frente al VIH/Sida y no es relevante cuál es el
género de quien las practica.
El VIH/Sida no es una “peste rosa” , tampoco un problema del
“libertinaje juvenil” como tampoco es un problema de la despersonalización del
modo de vida de la ciudad. Cualquier persona de cualquier edad, de cualquier
parte de la Provincia está expuesta a una infección por VIH.
Es una epidemia de la que se han podido controlar (aunque
existan casos en la actualidad) la mayoría de las vías de transmisión a través
de políticas y normas que regulan las situaciones en las que éstas pueden
suceder como la ley de bancos de sangre, la ley de obligatoriedad del
ofrecimiento del test de VIH a embarazadas, la implementación del protocolo de
profilaxis de la transmisión vertical. Pero la vía de transmisión más frecuente
continúa y continuará siendo las prácticas sexuales desprotegidas.
Aspecto de las personas que pertenece pura y exclusivamente
a su ámbito privado y donde no opera ninguna norma externa al sujeto para
controlar las situaciones de vulnerabilidad. Es decisión de las personas
protegerse o no durante una práctica sexual y es responsabilidad de quienes
trabajan en esta materia brindar toda la información y materiales de prevención
necesarios, como para que las decisiones de los sujetos puedan suceder a partir del conocimiento de la situación.
Los diagnósticos tardíos continúan siendo en la actualidad
un problema a resolver. El desarrollo en materia farmacológica permite que una
persona con un diagnóstico temprano pueda sostener su calidad de vida,
desarrollar todas las actividades que hace cotidianamente sin sufrir
complicaciones o enfermedades oportunistas. Sin embargo, muchas personas
acceden a su diagnóstico cuando presentan una enfermedad marcadora de sida y
están internados en un hospital.
Esto se produce por limitaciones personales vinculadas a
estigmas y discriminaciones que una persona tiene incorporadas. Mitos, estigma
y discriminación que son el principal factor en la limitación a un acceso temprano
al diagnóstico de la infección por VIH.
También debe hacerse un análisis acerca de las prácticas
clínicas, donde no se solicita el test de VIH como parte de la rutina de los
controles de salud general o no se aprovecha la instancia de consulta (cualquiera
sea el motivo) para ofrecer un test de VIH.
--
Coordinación de Prensa y Comunicación
Ministerio de Salud
Tel. 4492900/33
www.salud.mendoza.gov.ar
facebook.com/ministeriodesaludmza
No hay comentarios:
Publicar un comentario