Una encuesta sobre más de mil personas, reveló que el 75 por
ciento de la población no sabe cómo identificar los síntomas de esta arritmia,
que aumenta cinco veces el riesgo de sufrir un ataque cerebrovascular
(ACV). Se calcula que una de cada cuatro
personas mayores de 40 años, sufrirá fibrilación auricular a lo largo de su vida.
La alteración más frecuente del ritmo cardíaco, denominada
Fibrilación Auricular (FA), aumenta cinco veces el riesgo de sufrir un
Accidente Cerebrovascular (ACV). Sin embargo, apenas el 3 por ciento de los
argentinos menciona de manera espontánea este dato, y sólo 4 de cada 10 se
hicieron controlar el pulso en los últimos 6 meses. Las cifras fueron
difundidas por Arrhythmia Alliance Argentina y PRONETAC (Programa de Estudio y
Tratamiento de las Arritmias Cardíacas), a partir de un relevamiento realizado
sobre 1.010 encuestados de todo el país con motivo del Día Mundial del ACV, que
se conmemorará el próximo 29 de octubre.
La Fibrilación Auricular es una arritmia que afecta al 1% de
la población total; su prevalencia aumenta de manera creciente con la edad
hasta llegar a 10% en personas mayores de 80 años.[1] Se estima que una cada cuatro personas
mayores de 40 años tendrá FA a lo largo de su vida[2]. Se ha demostrado que las
personas que sufren FA corren mayor riesgo de tener coágulos en la sangre,[3] y
esto a su vez aumenta 5 veces la probabilidad de sufrir un accidente
cerebrovascular.[4] Además, los ACV relacionados con FA tienden a ser más
graves, con doble mortalidad y 50% mayor discapacidad que cuando el ACV se debe
a otras causas, con los consiguientes costos para la sociedad y cargas para el
sistema de atención de la salud.[5] Se calcula que en 2008 murieron 6,2
millones de personas en el mundo debido a ACV.[6]
El Dr. Jorge González Zuelgaray, Presidente de la Arrhythmia
Alliance Argentina, manifestó que "la falta de conocimiento sobre este
tema muestra que estamos perdiendo una importante oportunidad de prevención, ya
que cuando la FA se detecta es posible tratarla y controlarla para evitar
consecuencias tales como el ACV, que puede causar discapacidad y muerte. Con
una medida tan sencilla como tomarse el pulso, ya es posible sospechar si algo
está funcionando mal en el ritmo cardíaco, y consultar al especialista antes de
que sea demasiado tarde".
Con respecto a la encuesta, al solicitar que se nombraran
los principales factores de riesgo de ACV, los más mencionados fueron el hábito
de fumar (35%); la hipertensión arterial (32%); la obesidad/sobrepeso (23%); el
colesterol alto (21%); y los nervios/estrés (14%). Apenas el 3% mencionó la
fibrilación auricular, mientras que sólo un 6% incluyó los antecedentes
familiares de la enfermedad; 5% la edad; 7% la diabetes y 3% haber sufrido un ACV previo.
"Los ACV suelen presentarse con alguno o varios de los
siguientes síntomas: parálisis en el rostro o en los miembros, dificultad para
hablar, estado confusional, fuerte dolor de cabeza, pérdida del equilibrio y
pérdida de visión en uno o ambos ojos”, expresó el Dr. Adrián Lescano,
Coordinador de Insuficiencia Cardíaca del Hospital General de Agudos Donación
Francisco Santojanni.
Consultados sobre la identificación de los principales
síntomas del ACV, los encuestados manifestaron 2 síntomas en promedio,
reportando dolor de cabeza (48%); parálisis en el rostro, un brazo o una pierna
(30%); dificultad en el habla (12%); pérdida del equilibrio o coordinación
(12%); cambios en la visión (9%); alteración de la lucidez mental (9%); y
cambios en el sentido del gusto (4%). Tres de cada diez (28%) no supieron
mencionar síntoma alguno.
Respecto del nivel de conocimiento sobre la fibrilación
auricular (FA), casi 8 de cada 10 (76%) desconocían que aumenta en 5 veces el
riesgo de ACV, 7 de cada 10 (72%) no sabían que las palpitaciones irregulares,
la sensación de falta de aire, debilidad generalizada y mareos pueden ser
síntomas de FA, y el 75% ignoraba que con una simple medición del pulso es
posible detectarla.
En cuanto a los métodos más importantes para la prevención
del ACV en pacientes con fibrilación auricular, 1 de cada 2 encuestados
mencionó el diagnóstico temprano, mientras que el 7% refirió tratamiento
anticoagulante, además de controles de laboratorio, y restricción en la dieta;
un 5% tratamiento anticoagulante solo y el 23% todas las anteriores juntas.
Finalmente, consultados sobre el control del pulso, 4 de
cada 10 manifestaron haberse controlado el pulso por un médico en los últimos 6
meses y el 37% aseguró saber tomarse el pulso.
La encuesta fue llevada a cabo por la consultora TNS
Argentina a pedido de Arrhythmia Alliance Argentina y PRONETAC, con el apoyo de
los laboratorios Bristol-Myers Squibb y Pfizer. El trabajo relevó la opinión de
1010 argentinos de ambos sexos mayores de 18 años de todo el país, durante el
mes de septiembre de 2013. Consistió en una entrevista personal domiciliaria (1
entrevista por hogar), con método muestral probabilístico, polietápico y
estratificado en cuotas de sexo y edad en el hogar, representativo de la
población argentina adulta, con un esquema de ocho preguntas sobre el
conocimiento que los encuestados tenían respecto de las arritmias, la
fibrilación auricular y el riesgo de ACV.
Presentaron los resultados de la encuesta los Dres. Jorge
González Zuelgaray, Presidente de Arrhythmia Alliance Argentina y Jefe del
Servicio de Arritmias y Electrofisiología del Sanatorio de la Trinidad San
Isidro; Fernando de Valais, Médico del Servicio de Arritmias y
Electrofisiología del Sanatorio de la Trinidad San Isidro; Adrián Lescano,
Coordinador de Insuficiencia Cardíaca del Hospital General de Agudos Donación
Francisco Santojanni y Patricia Casais, Investigadora del Instituto de
Investigaciones Epidemiológicas de la Academia Nacional de Medicina y Médica
del Centro Pavlovsky.
Arritmia - Corazón a
destiempo
Para latir, el corazón cuenta con un sistema de conducción
eléctrica que envía señales o impulsos a través de las cámaras cardíacas
superiores (aurículas) e inferiores (ventrículos). De esta forma, se logra un
ritmo regular y coordinado.
En el ritmo normal, se genera un impulso eléctrico que envía
el nodo sinusal (el 'marcapasos' del corazón), estableciendo la frecuencia y el
ritmo cardíaco. Esta corriente eléctrica se extiende por las aurículas, que se
contraen y expulsan la sangre hacia los ventrículos. El impulso eléctrico
alcanza el nodo aurículo-ventricular, que funciona como una compuerta y
enlentece y regula dicho impulso. A medida que la señal eléctrica llega a los
ventrículos, éstos se contraen y envían sangre a los pulmones y al resto del
organismo. Normalmente, el corazón adulto late en forma regular entre 60 y 100
veces por minuto, durante el reposo, lo que se conoce como 'ritmo sinusal'
normal.
Cuando se altera la corriente eléctrica del corazón, éste
modifica su ritmo, ya sea latiendo muy rápido (taquicardia), muy despacio
(bradicardia) o en forma irregular (fibrilación auricular).
"Es fundamental que la población conozca cómo se manifiesta
un ACV, porque la asistencia médica inmediata favorece el pronóstico del
paciente", enfatizó el Dr. Fernando de Valais, médico del Servicio de
Arritmias y Electrofisiología del Sanatorio de la Trinidad San Isidro, quien
declaró que "tenemos que ser conscientes de que un ACV puede producir la
muerte, y en gran cantidad de casos, causa lesiones de por vida con una
importante carga para el paciente, su familia y la sociedad, además de costos
en el sistema de salud".
Los riesgos de la
fibrilación auricular
La fibrilación auricular (FA) consiste en una anomalía del
ritmo cardíaco, que se presenta rápido e irregular. En estos casos, el impulso
eléctrico del corazón no es regular, y partes del corazón no pueden contraerse
con un patrón coordinado. Como resultado, el corazón no puede bombear
suficiente sangre para satisfacer las necesidades del organismo.
El principal riesgo asociado con la FA es un accidente
cerebrovascular (ACV). Esto se debe a que cuando las aurículas no se contraen
en forma efectiva, la sangre se puede estancar y formar coágulos que si se
desprenden y viajan al cerebro pueden causar una obstrucción, lo que genera el
ACV. Además, la frecuencia cardíaca elevada durante largos períodos de tiempo
puede dañar al corazón, provocando insuficiencia cardíaca, e inclusive aumentar
levemente el riesgo de muerte.
Si bien la fibrilación auricular es un trastorno que suele
tener buen pronóstico, en muchos casos tiende a repetirse y empeorar, incluso a
pesar del tratamiento[7]. “Una detección oportuna de la FA, aún cuando el
tratamiento de arritmia fracase, permite iniciar anticoagulación por vía oral,
lo que reduce el riesgo de ACV en aproximadamente un 70%”, señaló la Dra.
Patricia Casais, investigadora del Instituto de Investigaciones Epidemiológicas
de la Academia Nacional de Medicina. Por esto, Arrhythmia Alliance Argentina y
el PRONETAC se encuentran empeñados en concientizar acerca de la detección
temprana de la arritmia.
Acerca de Arrhythmia
Alliance Argentina
Arrhythmia Alliance es una organización no gubernamental sin
fines de lucro dedicada a mejorar el diagnóstico, tratamiento y calidad de vida
de todas aquellas personas afectadas por arritmias cardíacas. La entidad
comenzó a funcionar en Argentina en 2010 y está presente en países como Australia,
China, Dinamarca, Dubai, Estados Unidos, Italia, Japón, Portugal, Reino Unido,
República Checa, Sudáfrica, Suecia y Uruguay.
Entre sus principales objetivos se encuentran la
concientización acerca de la importancia de las arritmias y la muerte súbita,
así como el desarrollo de campañas abocadas a cambiar las políticas
gubernamentales en relación con dichos problemas que constituyen un verdadero
flagelo. En este sentido, promueve la creación de un marco legal que permita
una mejor “cadena de supervivencia”, que va desde la detección de la población
en riesgo hasta la capacidad de adoptar medidas efectivas y rápidas que
aumentan notablemente la sobrevida de las víctimas de un paro cardíaco.
Entre los miembros de la organización se incluyen médicos,
enfermeros, pacientes, organizaciones no gubernamentales, periodistas,
representantes de la industria médica y estudiantes de medicina.
La institución fue fundada por Truddie Lobban en el Reino
Unido en 2003, redoblando la apuesta de la ONG denominada STARS (Syncope Trust
and Reflex Anoxic Seizures) que había creado en 1993, impulsada por la
enfermedad que padecía su pequeña hija.