Las
enfermedades cardiovasculares (cardiacas y cerebrovasculares) son la primera causa
de muerte en Argentina y suponen el 31,5% de todos los fallecimientos. En el
marco del XXIV Congreso Interamericano de Cardiología y el XXXIX Congreso
Argentino de Cardiología, se ha presentado Trinomia®, la primera polipíldora para la prevención de
eventos cardiovasculares. Se trata del primer fármaco en el mundo que contiene,
en una cápsula, tres medicamentos para la prevención de sufrir un infarto de
corazón. Este medicamento innovador ha sido desarrollado conjuntamente por el Centro Nacional de Investigaciones
Cardiovasculares (CNIC) de España y laboratorios Ferrer.
Según el Dr. Eduardo Mele, presidente del Comité
Organizador del XXIV Congreso Interamericano de Cardiología y del XXXIX
Congreso Argentino de Cardiología, pese a que no existe un registro que
determine exactamente el número de infartos, se calcula que, en Argentina se
producen unos 40.000 infartos de miocardio al año.
Los pacientes que han sobrevivido a un primer
infarto agudo de miocardio y no reciben medicación tras este evento tienen, al
año, 6 veces más probabilidades de morir por causa cardiovascular, en
comparación con aquellas personas que no han sufrido un problema de salud de
este tipo.
Como
ha señalado el Dr. Valentín Fuster,
director del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC),
situado en Madrid (España), durante su conferencia magistral sobre la
prevención cardiovascular, “después de un infarto de corazón, el paciente debe
seguir un tratamiento de por vida, para prevenir un nuevo infarto en el futuro”.
La introducción de la polipíldora en Argentina puede llegar a revertir esta situación. “Este medicamento ayuda a diseñar intervenciones apropiadas para el manejo de los pacientes con infarto de miocardio, haciendo el tratamiento más asequible y fácil de administrar”, concluyó el Dr. Sanz, investigador senior del CNIC, que ha aprovechado su conferencia para anunciar la próxima comercialización de este medicamento en Nicaragua, país al que se sumarán en dos años Brasil, los del continente europeo y Estados Unidos.
La introducción de la polipíldora en Argentina puede llegar a revertir esta situación. “Este medicamento ayuda a diseñar intervenciones apropiadas para el manejo de los pacientes con infarto de miocardio, haciendo el tratamiento más asequible y fácil de administrar”, concluyó el Dr. Sanz, investigador senior del CNIC, que ha aprovechado su conferencia para anunciar la próxima comercialización de este medicamento en Nicaragua, país al que se sumarán en dos años Brasil, los del continente europeo y Estados Unidos.
Origen
de la polipíldora
Trinomia® está compuesto por un inhibidor de la
enzima de conversión de la angiotensina (IECA), una estatina y una aspirina, tres
fármacos que, según sociedades médicas como la American Heart Association (AHA), el American College of Cardiology (ACC), la European Society of Cardiology (ESC) y la Organización Mundial de
la Salud (OMS), deberían ser administrados a los pacientes que han sufrido un infarto de miocardio.
La administración de estos medicamentos es, junto a
la promoción de hábitos de vida saludable, la mejor estrategia de prevención
secundaria cardiovascular. “Estos fármacos han demostrado su eficacia en
reducir la mortalidad en estos pacientes. De hecho, en algunos países como EE.UU.,
Reino Unido o Canadá, la mortalidad por infarto de miocardio e ictus está
disminuyendo”, ha explicado durante su intervención
el Dr. Ginés Sanz.
La idea de una estrategia basada en la polipíldora fue
propuesta por varios expertos al comienzo del presente siglo. El Dr. Valentín
Fuster, director del CNIC, tomó la decisión de desarrollar una prevención
cardiovascular secundaria durante una visita a Rusia. Como él mismo recuerda,
en aquel viaje preguntó a sus colegas rusos sobre el consumo de la medicación
necesaria tras un infarto en este país. Su respuesta: su uso no era rutinario
en la práctica clínica debido al precio. Pronto se vio que juntar tres
medicamentos en uno no sólo suponía una ventaja en cuanto al coste. Tenía otra
característica que hacía a la polipíldora atractiva, no solo en países en vías
de desarrollo, sino también en los que experimentaban bonanza económica. Por
lógica, el consumo diario y de por vida de un comprimido era más fácil para los
pacientes que el de tres. Se ponía así de manifiesto que la polipíldora, además
de reducir el coste, mejoraba la adherencia terapéutica.
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