Un estudio realizado en la ciudad de Buenos Aires revela que el
cigarrillo insume el 6,2% de los ingresos de hogares pobres. El
análisis de importantes relevamientos nacionales mostró que el tabaquismo,
además del fuerte impacto sobre la salud, se 'lleva' una importante porción del
presupuesto familiar. Los datos se dieron a conocer en el marco del Día
Internacional del Aire Puro, que se conmemora cada tercer jueves de noviembre.
En los hogares
de menores recursos de la ciudad de Buenos Aires, el dinero que se gasta en
cigarrillos representa el 6,2% de los ingresos mensuales. Así lo reveló el
Proyecto “Buenos Aires, Ciudad Libre de Humo” en el marco del Día Internacional
del Aire Puro, que se conmemora cada tercer jueves de noviembre.
Los datos surgen del estudio
"Tabaquismo y su relación con la pobreza en la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires", del Prof. Dr. Martín González-Rozada, quien analizó la
relación entre la prevalencia del tabaquismo y la pobreza en la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires en los últimos ocho años. Entre los principales hallazgos, se
encontró que la prevalencia general se encuentra por encima del 27,5% (casi 31%
en hombres y 25% en mujeres), que aumentó entre 2005 y 2009 desplazándose de los hogares más
ricos a los más pobres. Mientras en 2005 se fumaba en 24,66% de los hogares
más pobres, en 2009 se fumaba 4% menos en los hogares más ricos. Hace muy poco
se presentó la Encuesta
de Opinión de los ciudadanos de la
CABA obteniendo un prevalencia aún menor: 23,5 por ciento.
La Dra.
Marta Angueira, directora del Proyecto “Buenos Aires, Ciudad Libre de
Humo”, explicó que “lamentablemente, para la gran mayoría de hogares menos
favorecidos, el tabaquismo es una enfermedad cuya prevalencia va en aumento.
Esto pasa aquí y en todo el mundo, ya que la epidemia se traslada de los países
desarrollados a los países en desarrollo: se calcula que en el 2030 morirán 3
millones de personas en países industrializados y más del doble en países en
desarrollo a causa del tabaco. Los hogares pobres cuentan con menos recursos
para la atención médica, y en el mundo gastan entre 4 y 5% para comprar cigarrillos".
El estudio tomó como fuente cinco
importantes encuestas nacionales: la Encuesta Nacional
de Gasto de los Hogares (ENGHo) 2004/2005, las Encuestas Nacionales de Factores
de Riesgo (ENFR) 2005 y 2009, y las Encuestas Nacionales de Consumo de
Sustancias Psicoactivas (ENPreCoSP) 2008 y 2011. El Prof. Dr. González-Rozada
comentó que "el promedio de consumo es de 11 cigarrillos diarios, según
las distintas encuestas analizadas. De acuerdo con la ENGHo , la cantidad de
cigarrillos consumida diariamente por hogar es en promedio 14,51, en tanto que
en las otras cuatro bases de datos encontramos un consumo medio diario
individual de entre 11,59 y 12,35. Esto sugiere que la cantidad de fumadores
por hogar factiblemente no excede, en promedio, la unidad".
También se
puede apreciar una reducción de la prevalencia del tabaquismo en los individuos
menores de 25 años en alrededor de 5%, acompañada de un aumento en la
prevalencia de esta enfermedad en los individuos de entre 45 y 65 años. La distribución por rangos de edad
muestra que los hogares con jefe mayor de 65 años son los que registran menor
proporción de fumadores
"Si bien habría una reducción de la
prevalencia del tabaquismo de 2008
a 2011, esta no estaría acompañada de una reducción en
la cantidad de cigarrillos consumidos por los fumadores. Y encontramos que a
mayor edad, mayor es el consumo; entre los desocupados hay más consumo que
entre los ocupados y activos", informó el especialista, enfatizando que
"el tabaquismo es un fenómeno que se da mayor intensidad en hombres que en
mujeres. Todas las fuentes analizadas coinciden en asignar un mayor consumo
medio diario a hombres que a mujeres. Lo mismo ocurre con la prevalencia,
aunque en algunos casos se trata de diferencias de menor magnitud".
La evidencia internacional señala que
este desvío de recursos hacia el tabaco tiene un costo de oportunidad sumamente
elevado: la enfermedad hace que las familias pobres gasten más en tabaco y
menos en comida, atención médica, educación y otras prioridades que contribuirían
al crecimiento y desarrollo del país. En hogares donde los recursos no abundan,
"un 6,2% es demasiado alto, teniendo en cuenta que para el mismo período
en promedio el 32% de los ingresos era para alimentos y bebidas, y apenas un
3,3% para enseñanza, un 8% para esparcimiento y un 8,6% en salud. Las personas
gastan lo poco que tienen en un producto que los va a enfermar e incluso matar.
El cigarrillo los llevará a gastar más recursos en salud, deteriorando cada vez
más su calidad de vida", reflexionó la Dra. Angueira.
“Recordemos que el tabaquismo es una
adicción que puede producir la muerte al que fuma o al que aspira el humo
pasivamente. Un fumador menos representa aire más puro, para él y para su
familia y quienes lo rodean. El día en que toda la sociedad entienda que esta
es una enfermedad que requiere atención, la salud habrá ganado una de sus
mayores batallas”, concluyó la especialista.
También en el mundo
Diversos estudios revelan que tabaco y
pobreza están íntimamente relacionados. Según cifras de la Organización Mundial
de la Salud
(OMS), el 84% de fumadores vive en países pobres, donde la carga de
enfermedades y muertes relacionadas con el tabaquismo está creciendo
rápidamente. El Banco Mundial señaló que los pobres son las personas más expuestas
a las enfermedades producidas por el consumo de tabaco, ya que tienen menos
posibilidades de acceso a la atención médica. Se calcula que en las próximas
décadas los países en desarrollo tendrán un incremento en los costos que deben
de asumir a causa de tabaquismo: atención médica, pérdida de productividad y
sufrimiento.
El estudio “Tabaquismo en Hogares Pobres
del Perú”, realizado por CEDRO con el auspicio de Health Bridge en 2010, llegó
a conclusiones similares a las observadas en la ciudad de Buenos Aires: el
tabaquismo insumía el 6,2% mensual en 9 de cada 10 hogares, que representaba
unos 30
kilos de arroz, 12 kilos de pollo, 30 litros de leche, 45 kilos de pescado, o 3 a 4 kilos de carne. El 10% de
hogares había reportado problemas a consecuencia del consumo de tabaco, y en el
4% de los hogares pobres con fumadores, en alguna ocasión, no habían tenido
dinero para pagar atención médica o medicamentos para los chicos, pero sí para
comprar cigarrillos. El 54% de los hogares encuestados nunca había analizado el
gasto que el tabaco representaba en sus vidas, ni las oportunidades que perdían
por esta adicción.
Sin humo, con salud
En la Ciudad de Buenos Aires existe vigente la ley
1799/05 y su modificatoria que prohíbe fumar en todo espacio cerrado con acceso
público. Ello incluye: lugares de trabajo, oficinas, taxis, establecimientos de
salud, escuelas, restaurantes, bares, confiterías, locutorios, salas de
recreación, shoppings, paseos de compras cerrados, cines, teatros, centros
culturales, salones de fiesta en eventos de carácter privado, cajeros
automáticos, cabinas telefónicas, terminales de ómnibus, colectivos, estaciones
de subte, clubes deportivos, gimnasios, clubes para fumadores y tabaquerías.
Los únicos lugares autorizados para
fumar en espacios con acceso público son los patios, terrazas, balcones y demás
sitios al aire libre, así como en áreas específicas para degustación en clubes
de fumadores y tabaquerías sin atención de empleados. También está permitido
fumar a las personas internadas en centros de salud mental y de detención, en
áreas específicas.
Los ambientes 100 por ciento libres de
humo protegen la salud de toda la población, tanto fumadores como no fumadores,
al evitar la inhalación de los tóxicos del humo de tabaco. Los más expuestos
son niños, embarazadas, trabajadores de bares y restaurantes, y personas que
padecen enfermedades como asma y enfermedades cardíacas. Los ambientes libres
de humo contribuyen también a que el fumador reduzca el consumo de cigarrillos,
a mantener la abstinencia, y a marcar un ejemplo positivo en los más jóvenes.
Estudios realizados en diversas ciudades mostraron que en donde se
implementaron este tipo de regulaciones, se redujo la tasa de eventos
cardíacos, infartos y muertes relacionadas al tabaquismo.
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