Las claves para prevenir la enfermedad son la alimentación
sana, la actividad física y evitar el cigarrillo. El Ministerio de Salud brinda
a la población una serie de recomendaciones para prevenir el cáncer, con motivo
de celebrarse, el 4 de febrero, el Día Mundial contra esta enfermedad.
Desde el estado se apuesta fuertemente a la detección temprana, debido a que es una herramienta indispensable a la hora de
prevenir muertes por cáncer, puesto que en las fases iniciales de la enfermedad
existe un alto potencial de curación (por ejemplo en cáncer de cuello de útero
o de mama).
El 40% de los
cánceres podría evitarse con acciones sencillas como no fumar, hacer ejercicio
regularmente y mantener una dieta saludable. La OMS remarca que el tabaquismo
es la principal causa evitable de cáncer en el mundo.
En Argentina los
tumores malignos constituyen la principal causa de muerte entre los 40 y los 64
años, la segunda en los grupos de 5 a 39 años y también en mayores de 64.
En 2012 en Argentina
fallecieron 61.866 personas por cáncer. Sin discriminar por sexos, el más
frecuente fue el de pulmón (14.9%), seguido por los de colon y recto (26.2%),
mama (35.2%) y próstata (6.8%).
El cáncer de pulmón
continúa siendo la principal causa de muerte por cáncer en hombres y el cáncer
de mama es la principal causa de muerte por cáncer en mujeres.
Se estima que en
nuestro país cada año hay 3.000 nuevos casos de cáncer de cuello de útero y se
producen 1.800 muertes a causa de esta enfermedad, a pesar de que se puede
prevenir muy fácilmente con un Papanicolaou (PAP) bien hecho y el tratamiento
adecuado.
Las claves para prevenir el cáncer: alimentarse en forma
saludable, hacer actividad física y no fumar.
Prevención:
recomendaciones para la población en general:
· Realizar actividad física todos los días, por lo menos 30 minutos.
· Evitar el consumo excesivo de alcohol.
· Evitar el tabaco y promover los ambientes 100% libres de humo.
· Evitar la exposición al sol entre las 10 y las 16, utilizar protectores solares y ropa que proteja la piel (de color claro y liviana). Estas medidas deben extremarse en los grupos más vulnerables: niños menores de 3 años y personas de piel blanca, cabello y ojos claros.
Mujeres:
·
Niñas de 11 años: para prevenir el cáncer de
cuello de útero deben aplicarse la vacuna contra el Virus del Papiloma Humano
(VPH), que a partir de su incorporación al Calendario Nacional de Vacunación en
el año 2011 está disponible en forma gratuita en todos los centros de salud y hospitales
públicos.
· Mujeres a partir de los 25 años: para prevenir el cáncer de cuello de útero, se recomienda la realización de un PAP cada tres años luego de que dos exámenes anuales anteriores hayan tenido un resultado negativo.
· Mujeres de 50 a 70 años: para detectar tempranamente el cáncer de mama se recomienda la realización de una mamografía cada dos años y un examen de mamas realizado por un profesional de la salud.
· Mujeres de 50 años en adelante: para prevenir el cáncer colorrectal, se recomienda la realización de una prueba de sangre oculta en materia fecal.
· Mujeres a partir de los 25 años: para prevenir el cáncer de cuello de útero, se recomienda la realización de un PAP cada tres años luego de que dos exámenes anuales anteriores hayan tenido un resultado negativo.
· Mujeres de 50 a 70 años: para detectar tempranamente el cáncer de mama se recomienda la realización de una mamografía cada dos años y un examen de mamas realizado por un profesional de la salud.
· Mujeres de 50 años en adelante: para prevenir el cáncer colorrectal, se recomienda la realización de una prueba de sangre oculta en materia fecal.
Varones:
·
Varones de 65 años y más: para prevenir el
cáncer de próstata, se recomienda realizar un examen con un profesional de la
salud.
· Varones de 50 años en adelante: para prevenir el cáncer colorrectal, se recomienda la realización de una prueba de sangre oculta en materia fecal.
· Varones de 50 años en adelante: para prevenir el cáncer colorrectal, se recomienda la realización de una prueba de sangre oculta en materia fecal.
Factores de riesgo
Un gran porcentaje de las enfermedades no transmisibles son
prevenibles y comparten los mismos factores de riesgo. Se estima que los cinco principales
riesgos para la salud están relacionados con el comportamiento y la
alimentación: índice alto de masa corporal, bajo consumo de frutas y hortalizas,
inactividad física, consumo de tabaco e ingesta excesiva de alcohol.
Estos factores causan el 30% de las muertes por cáncer.
Aunque la edad es un factor de riesgo relevante, el consumo de tabaco es el más
importante: causa el 22% de las muertes mundiales por cáncer en general y el
71% de los fallecimientos por cáncer de pulmón. Los cánceres causados por infecciones
víricas, como los virus de las Hepatitis B y C o por el Virus Papiloma Humano
(VPH), son responsables de hasta un 20% de las muertes por cáncer en los países
de ingresos bajos y medios.
La detección temprana es una herramienta indispensable a la
hora de prevenir muertes por cáncer, ya que en las fases iniciales de la enfermedad
existe un alto potencial de curación (por ejemplo en cáncer de cuello de útero
o de mama). Existen intervenciones que permiten la detección temprana y el
tratamiento eficaz de un tercio de los casos aproximadamente.
Los principales factores de riesgo tienen un
gran impacto sobre la carga de cáncer global:
El tabaco, a través de sus diversas formas de exposición,
constituye la principal causa de muerte relacionada con el cáncer en todo el
mundo entre los hombres y cada vez más entre las mujeres. Las formas de
exposición incluyen tabaquismo activo, respirar humo de segunda mano
(tabaquismo pasivo o involuntario) y tabaco sin humo (como mascar tabaco). El
tabaco provoca diversas formas de cáncer: de pulmón, esófago, laringe, oral, vejiga,
riñón, estómago, cuello de útero y colorrectal.
El sobrepeso y la obesidad están asociados causalmente a
varios tipos de cáncer, como de esófago, colorrectal, mama en mujeres
postmenopáusicas, endometrio y riñón. El sobrepeso y la obesidad por sí solos
son la causa del 40% de los casos de cáncer endometrial (útero).
La inactividad física contribuye de forma importante al
aumento de las tasas de sobrepeso y obesidad en muchas partes del mundo y de
forma individual aumenta el riesgo de algunos cánceres. En conjunto, un mayor índice
de masa corporal y la inactividad física son responsables del 19% de la
mortalidad por cáncer de mama y del 26% de la mortalidad por cáncer colorrectal.
El consumo de alcohol es un factor de riesgo de muchos tipos
de cáncer, incluido el de la cavidad bucal, faringe, laringe, esófago, hígado, colorrectal
y mama. El riesgo de cáncer aumenta con la cantidad de alcohol que se consume.
El riesgo para varios tipos de cáncer
(por ejemplo, de cavidad oral, faringe, laringe y esófago) derivado de
un alto consumo de alcohol aumenta sustancialmente si la persona también fuma
en gran cantidad.
La infección con el virus de la Hepatitis B provoca
alrededor del 52% de los carcinomas hepatocelulares del mundo. Otro 20% de
cánceres hepatocelulares lo provoca la infección del virus de la Hepatitis C.
El Virus del Papiloma Humano (VPH) es la infección viral del
tracto reproductivo por transmisión sexual más común del mundo e infecta a 660 millones
de personas aproximadamente cada año. También se calcula que provoca casi todos
los cánceres de cuello de útero, el 90% de los de ano y el 40% de los cánceres
de genitales externos. El VPH también provoca cáncer de la cavidad oral y
orofaríngeo. Las mujeres pueden evitar el desarrollo de un cáncer de cuello de
útero con la realización del Papanicolaou (PAP). Este examen permite detectar
células anormales o lesiones en el cuello del útero y reducir casi
completamente la incidencia y mortalidad. El PAP es gratuito y se realiza en
todos los hospitales y centros de salud. Se recomienda a las mujeres realizarlo
a partir de los 25 años de edad.
Las personas con infección por VIH tienen un riesgo de
padecer ciertos tipos de cáncer considerablemente más alto que las personas del
mismo grupo etario sin dicha infección. El VIH debilita el sistema inmunitario
y reduce la habilidad del cuerpo para destruir las células cancerosas y para combatir
infecciones que pueden resultar en cáncer.
La exposición al sol excesiva o a fuentes artificiales de
radiación ultravioleta, como las camas solares, aumentan el riesgo de padecer diferentes
tipos de cáncer de piel.
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