Diversos fármacos innovadores complementan el tratamiento de
la obstrucción pulmonar y otros síntomas cuya presentación difiere notablemente
entre cada grupo.
Buenos Aires.- El
tratamiento de la Enfermedad Pulmonar Obstructivo Crónica (EPOC) debería tomar
como eje a la medicación broncodilatadora de acción prolongada (broncodilatadores
B2 y antimuscarinicos de acción prolongada), según un documento especial
(“white paper”) publicado recientemente por la revista Nature. El artículo,
denominado “Un tratamiento adecuado para cada paciente: la visión de Novartis
en EPOC”, forma parte de un número especial dedicado a esta afección y sugiere
que “la EPOC es una enfermedad que se puede prevenir y tratar”
Esta enfermedad es
una afección pulmonar progresiva, que potencialmente puede ser mortal, y que
causa discapacidad y muerte. Afecta a unos 210 millones de personas en el mundo.
Se caracteriza por la limitación del flujo aéreo en forma persistente y por lo
general progresiva, asociada a una mayor respuesta inflamatoria crónica
pulmonar frente a partículas o gases tóxicos. Sus principales síntomas (disnea,
tos y expectoración) afectan la vida diaria y llevan al paciente a la consulta
médica. Además, refiere el documento, “es una de las principales causas de
morbilidad y mortalidad y se estima que, para 2030, será el cuarto factor
principal de muerte. Si bien suele considerarse una enfermedad de la vejez, se
estima que alrededor de un 50 por ciento de los pacientes con esta afección
tiene menos de 65 años”.
El Dr. Miguel Ángel
Bergna, Director del Depto. EPOC de la Asociación Latino Americana de Tórax
(ALAT), destacó que “se puede decir que la EPOC está definida por una
limitación al flujo aéreo que se da de forma crónica. Los broncodilatadores son
el tratamiento fundamental e imprescindible para las personas que la padecen”.
Los broncodilatadores “son medicamentos que llegan al pulmón y producen un
aumento del calibre, o sea de la dilatación de la vía aérea, permitiendo el
mejor pasaje del aire. Esto, fundamentalmente en las personas que sufren de
EPOC, produce una mejor entrada y llegada de aire, que va a oxigenar la sangre
en el pulmón y, a su vez, una mejor salida del aire, produciendo una
disminución de la hiperinsuflación (inflación excesiva de los pulmones) que
limita a los pacientes en su capacidad de ejercicio produciéndoles fatiga, que
los médicos llamamos disnea”. Según el especialista, “en todos los estadios de
gravedad de esta patología son la herramienta fundamental para el tratamiento y
mejoramiento de la misma”.
Mayor conocimiento, mejores tratamientos
Cabe mencionar que no hace muchos años, la EPOC “era vista
como una enfermedad imposible de tratar, que no respondía a los tratamientos
disponibles”. Y hasta hace poco tiempo, la escala de severidad de la EPOC,
según las guías de la Iniciativa Mundial para el Tratamiento de la Enfermedad
Pulmonar Obstructiva Crónica (GOLD, por su sigla en inglés), se basaba,
únicamente, en el grado de obstrucción de entrada de flujo de aire a los
pulmones. Sin embargo, en los últimos años se han comenzado a tomar en cuenta
otros parámetros, desde la gravedad de los síntomas hasta el riesgo de
exacerbación, que requieren abordajes específicos.
“El manejo ideal del
paciente con EPOC tiene que contemplar el tratamiento paralelo de los síntomas
de la enfermedad, así como cualquier discapacidad o afección extra-pulmonar
asociada. Es necesario que el modelo holístico de tratamiento de la EPOC
incluya intervenciones no farmacológicas (terapias de cesación tabáquica,
promoción de un estilo de vida saludable que incluya actividad física -y que el
paciente haga ejercicio en forma sostenida-, vacunación y rehabilitación
pulmonar), una óptima intervención farmacológica, un diagnóstico y manejo
apropiado de las comorbilidades y empoderar al propio paciente para el manejo
de la enfermedad”, sostiene el documento especializado. Inclusive, la
estrategia GOLD ha establecido cuatro grupos de pacientes según el diagnóstico
de severidad de la enfermedad. Los broncodilatadores de acción prolongada (LABA
-Agonista Beta2 de Acción Prolongada- y LAMA -Agonista Muscarino de Acción
Prolongada-) están recomendados en todos los casos, aunque deben asociarse a
otros fármacos en determinados grupos.
Esta publicación
forma parte del compromiso de Novartis por cubrir las necesidades médicas
insatisfechas de los pacientes con EPOC, así como por mejorar su calidad de
vida ofreciendo medicinas y dispositivos innovadores. El documento publicado
por Nature se refiere a la necesidad de un tratamiento personalizado, dado que
“existen diferentes formas de presentación clínica, llamados fenotipos, de la
enfermedad. Esto quiero decir que no todos los pacientes tienen las mismas
características y que esto puede incidir en la elección del tratamiento”,
detalló el neumonólogo.
“Fueron apareciendo
medicamentos que demostraron que mejoraban la calidad de vida, la cantidad de
agudizaciones, llamadas exacerbaciones, infecciosas de la EPOC, y esto fue
configurando una visión donde el paciente con esta patología, idealmente, debe
ser detectado más tempranamente y debe ser tratado más eficazmente”, declaró el
Dr. Bergna. “A partir de la puesta en marcha de estos tratamientos, se
evidencia una mejoría en la calidad de vida de los pacientes, una mayor
sobrevida y un menor impacto de la enfermedad en órganos y sistemas”, agregó.
En este sentido, la
aparición de broncodilatadores en polvo para inhalar marcó una nueva tendencia,
tanto por su rápida acción como por su efecto prolongado. La última droga de
esta clase fue indacaterol, cuya actividad farmacológica perdura 24 horas,
versus 6 horas de los aerosoles, actúa dentro de los primeros 5 minutos desde
la primera dosis y ha demostrado mejorar la función pulmonar y disnea, y
reducción en la utilización de medicación de rescate. Asimismo, se espera la
llegada de otro tratamiento innovador, bromuro de glicopirronio, con inhalación
una vez al día, que presenta una mejora significativa de la función pulmonar
desde las mañanas. Su inhalación se realiza a través del dispositivo
Breezhaler®, que permite que el paciente oiga, sienta y vea si está tomando
correctamente la droga.
Por último, el
especialista indicó que, por diversos factores (culturales, sociales, y otros),
la EPOC suele estar subdiagnosticada. Para modificar esta situación, primero es
necesario “tomar conciencia de que existe esta enfermedad, que es prevenible y
tratable, como lo marcan los documentos y guías internacionales de todas partes
del mundo” y “tener conciencia de que el cese de la exposición, sea a
combustibles de biomasa, humo de leña y principalmente el cese del tabaquismo,
son hechos fundamentales que pueden modificar el curso y la gravedad de esta
enfermedad”, concluyó el Dr. Bergna.
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