Buenos Aires - "Los padres que toman alcohol, aún los que lo hacen de manera moderada, podrían aumentar el riesgo de que sus hijos realicen actividades riesgosas bajo la influencia de la bebida, como por ejemplo manejar". Ésta es la principal conclusión a la que arribó un equipo de la Universidad de Florida en Estados Unidos.
Los científicos hallaron que el 6 por ciento de los adolescentes cuyos padres bebían incluso ocasionalmente condujo en algún momento bajo la influencia antes de alcanzar los 21 años de edad. Sin embargo, entre los hijos de padres que no bebían, sólo el 2 por ciento condujo habiendo tomado. Esto, según consta en la reciente edición del journal Accident Analysis & Prevention, implica que la conducta y los hábitos de los padres tienen una marcada influencia en sus hijos, sobre todo cuando éstos son adolescentes.
"Es importante que los padres sepan que su conducta tiene un efecto, primero, en la edad de desarrollo (cuando sus hijos son adolescentes), pero además en su conducta futura como adultos jóvenes", expuso la doctora Mildred Maldonado-Molina, profesora asociada de Resultados y Políticas de Salud del colegio de Medicina de la Universidad de Florida.
El equipo de Maldonado-Molina recolectó información sobre prácticamente 10 mil adolescentes, que junto con sus padres fueron seguidos a través de una encuesta realizada siete años después.
Así se estableció que no sólo los padres tienen influencia sobre los chicos, ya que si bien las conductas de éstos los marcan notablemente, lo que hacen los amigos y cómo ellos actúan también condiciona la manera de comportarse.
"Los adolescentes que tienen amigos que beben alcohol son más propensos a, por ejemplo, conducir bajo la influencia de esta sustancia, aunque sus padres no beban en casa", asumieron los investigadores.
"Cuando tanto los padres como los amigos bebían alcohol, los adolescentes demostraron tener un riesgo particularmente alto de repetir esa acción. De hecho, el estudio reveló que el 11 por ciento de esos adolescentes conducían habiendo tomado", agregaron.
Aun cuando la comunicación entre padres e hijos es fluida y los progenitores participan de las decisiones del niño, acompañándolo y aconsejándolo, es cierto que durante la etapa que va de la niñez a la adultez los amigos son el principal grupo de referencia.
Por eso preocupa tanto la ingesta de bebidas alcohólicas para luego salir a bailar en un estado que muchas veces compromete la salud, el juicio, la capacidad de realizar acciones y obviamente de conducir un auto.
"La influencia de padres y amigos parece afectar a hombres y mujeres de la misma forma. Por eso creemos que los padres deben prestar especial atención a lo que hacen ellos en casa y a quiénes son las personas que acompañan a sus hijos. Esto es fundamental si pensamos en la prevención de accidentes", consideró la doctora Maldonado-Molina.
Por su parte, al ser consultado, el doctor Eduardo Kalina, médico psiquiatra especialista en adicciones, estimó que "la influencia de los padres y la transmisión de conductas se puede observar, palpar y medir tanto para las cuestiones positivas como para las negativas. Por éstas últimas es importante cuidar la realización de determinadas prácticas. Otro punto fundamental, orientado principalmente a ver la influencia de las compañías, es hablar con los chicos para saber siempre en qué andan y con quién".
Número de matrícula del especialista consultado:
- Dr. Eduardo Kalina: M.N. 23.668
Para mayor información:
- Accident Analysis & Prevention: http://journals.elsevier.com/00014575/accident-analysis-and-prevention
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