lunes, 21 de mayo de 2012

La sexualidad…un debate con más preguntas que respuestas

El psicoanálisis busca respuestas permanentemente a los planteos sobre la sexualidad que la comunidad debate cotidianamente. Sin embargo, debe quedar claro que esa búsqueda es individual en cada terapia y por ello es fundamental avanzar en la capacitación e investigación profesional para acompañar los procesos personales e íntimos de quien solicita ayuda terapéutica. Aquí radica la importancia del XI Congreso Argentino de Psicoanálisis que se realizará esta semana en nuestra provincia.



Por Naly Durand
Presidenta de la Sociedad Psicoanalítica de Mendoza www.psicoanalisis2012.com.ar
 A fines del siglo XIX  Freud comenzó a hablar de  la sexualidad infantil, sabiendo que provocaría en la sociedad y en sus colegas, múltiples cuestionamientos, críticas y hasta rechazo. 
En la misma época, casi en paralelo, se publicaron también importantes descubrimientos en la Física; me refiero al trabajo de Einstein titulado “¿Depende la inercia de un cuerpo de la energía que contiene?”, que llegó a conocerse como “La teoría especial de la relatividad”.  Este  texto, al igual que los conceptos de sexualidad  explicitados en la teoría freudiana, afectarían el curso de la historia de la humanidad.
A partir de allí el término Psicosexualidad, creado por el padre del Psicoanálisis, fue tema de estudio de los pensadores psicoanalíticos y continúa siéndolo hasta la actualidad. De allí hoy nuestro XI Congreso Argentino “Teoría y Clínica de la Sexualidad.  Un debate Contemporáneo” que comienza este miércoles con un encuentro pre-congreso interdisciplinario, en el Hotel Sheraton de nuestra Ciudad, a partir de las 9.
En la sociedad victoriana en la que Freud vivió la sexualidad era algo oculto de lo que casi no se hablaba; actualmente  nos encontramos con manifestaciones explícitas de lo sexual en los diferentes ámbitos de nuestra sociedad y en todas las edades del ser humano.  
Esto ha marcado un cambio importante en la concepción de las hoy llamadas neosexualidades, que por ser neo igual a nuevas, considero que todavía no hay una verdadera compresión de todas ellas, que esté exenta de prejuicios. 
Hay preguntas que habitualmente el común de la gente, especialmente quienes no son estudiosos de la salud mental ¿Por qué una persona que nace con un sexo genital determinado siente que es del sexo opuesto? ¿Qué es lo que influye? ¿Los padres y la crianza? ¿El medio en el que está inmerso? ¿Están predeterminados desde el nacimiento?
Creo que no hay una respuesta unívoca desde las diferentes líneas teóricas que estudian la mente de los seres humanos, lo cual es totalmente esperable, porque toda temática de estudio es comprendida desde la explicación que cada teoría tiene de la estructuración del psiquismo humano. Hay quienes ponen el acento en la influencia cultural y hay quienes lo ponen en lo biológico.
El psicoanálisis basa su respuesta en el conflicto psíquico inconsciente. Le otorga importancia a los vínculos tempranos del bebé con sus progenitores, sin dejar de incluir lo biológico y lo social.
En un intento de tener una comprensión más integrada de la problemática de las personas que consultan con la intención de analizarse, es que en nuestros abordajes clínicos no trabajamos con generalidades, sino con particularidades. De manera tal que con cada paciente intentamos una comprensión profunda de su problemática.  Con esto quiero decir que la génesis de las neosexualidades podría tener, desde nuestra clínica, diferentes posibles orígenes sin descartar el interjuego de una multiplicidad de factores.
El tema se complejiza cuando es tomado por proselitismos que buscan réditos personales, políticos, religiosos, jurídicos, sociales etc.; pasando a ser de esta manera un concepto cuasi-ideológico y lo que es más grave aún olvidándose del sufrimiento de aquellas personas a quienes estas decisiones les puede determinar la vida.
Desde esa perspectiva el psicoanálisis es muy respetuoso de la conflictiva interna de cada paciente, y no se trabaja  con imposición de ideologías.  No nos interesa que los pacientes sean heterosexuales, homosexuales o transexuales,  ni es nuestro objetivo transformar la sexualidad de nadie, trabajamos sobre el conflicto inconciente y el dolor psíquico que este conflicto genera.

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