martes, 23 de octubre de 2012

Advierten sobre la necesidad de diagnóstico precoz de enfermedades de la hipófisis


Pueden producir acromegalia, gigantismo, infertilidad, disfunción eréctil  y otras serias consecuencias. La buena noticia es que existen tratamientos, aunque es importante que se comiencen a tiempo. A continuación encontrarás un Test de Autodiagnóstico de Acromegalia.
La enfermedad de la glándula hipófisis, cuya misión es nada menos que dirigir al sistema endocrino, puede causar desde el crecimiento desmesurado (acromegalia y gigantismo) hasta infertilidad y pérdida de visión. Sin embargo, pese a ser tan importante, muchas veces se pasa por alto, dado que se trata de desórdenes poco frecuentes. Así lo advirtió la Asociación Ayuda a Pacientes con Enfermedad Hipofisaria (APEHI), que junto a Sociedad de Endocrinología de Mendoza, realizará un encuentro para médicos y pacientes en donde se brindará una actualización sobre el tema (ver recuadro) el viernes 26 de octubre.
La hipófisis regula o ‘dirige’ el sistema hormonal del organismo. Cuando se altera, pueden aparecer adenomas, tumores que, si bien son benignos, a menudo ocasionan graves trastornos visuales, neurológicos y menstruales, así como otros desequilibrios hormonales capaces de producir acromegalia, gigantismo, enfermedad de Cushing, hiperprolactinemia, infertilidad, disfunción eréctil y baja talla, entre otras consecuencias.
La Dra. Sofía Scherbovsky, médica endocrinóloga, Presidente de la Sociedad de Endocrinología de Mendoza, informó que en la Argentina “se estima que aproximadamente 1 de cada 1500 personas tendría un adenoma de hipófisis pequeño”. Y como “cuando son pequeños no suelen dar síntomas, salvo por producción hormonal exagerada, y en su mayoría crecen lentamente, cuando se diagnostican pueden llevar años de evolución”.
“Dado que son enfermedades raras, poco frecuentes, y ya que los síntomas van apareciendo lentamente, muchas veces se diagnostican luego de muchos años, por lo que es fundamental una alta sospecha clínica y su difusión tanto a los médicos como a la población general”, explicó la Dra. Karina Danilowicz, médica endocrinóloga, a cargo del Área de Neuroendocrinología del Hospital de Clínicas ‘José de San Martín’, invitada especialmente para disertar en la actividad. 
Al respecto, Sandra Mesri, presidenta de APEHI y ex-paciente con acromegalia, destacó que “en la actualidad es muy sencillo diagnosticar esta enfermedad, ya que se puede detectar con un simple análisis de sangre gratuito que realizamos en APEHI para todo el país. Anteriormente había que enviar las muestras al exterior, pero ya estamos en condiciones de ofrecer este servicio para todos los afectados, lo cual nos llena de orgullo”.
Asimismo, “APEHI también se dedica a la capacitación de profesionales de la salud, enfermeros y cuidadores, para contribuir a una mejor atención del paciente con enfermedad hipofisaria. Brinda asesoramiento para lograr el acceso a los tratamientos a tiempo y sin interrupciones, y ofrece contención emocional, fundamental para quienes padecen estas afecciones”, concluyó la Sra. Mesri.
El tratamiento puede ser mediante cirugía (si se operan siendo pequeños mucho mejor), o medicación. “Si el paciente no recibe el tratamiento adecuado puede verse muy afectada su calidad de vida por exceso de hormonas, deficiencias hormonales o afectación visual”, enfatizó la Dra. Danilowicz, quien agregó que “un tumor de hipófisis representa un desafío para el propio paciente, para su familia y para el médico tratante. Trabajando de manera conjunta, el objetivo es lograr el diagnóstico correcto y elegir el o los tratamientos apropiados que permitan reinsertar al paciente en su vida normal”.
Enfermedades de hipófisis
La hipófisis es una glándula pequeña localizada en la base del cráneo. Se la conoce también como ‘pituitaria’, y se la ha denominado ‘glándula maestra’ por su gran importancia en el organismo. “En ella se producen hormonas que van a controlar a otras glándulas endocrinas como la suprarrenal, la tiroides, los ovarios y testículos. Tiene un rol central en el control de la lactancia, el crecimiento y la concentración de orina”, detalló la Dra. Scherbovsky.
En ocasiones se producen tumores en la hipófisis, que “se llaman adenomas y son benignos en el 99% de los casos”, aseveró la especialista. No obstante, “dependiendo del tamaño pueden causar cefaleas y trastornos visuales. Muchos de estos tumores producen exceso de algunas hormonas. Los que producen prolactina causan alteraciones del ciclo menstrual, secreción de leche fuera de la lactancia en la mujer y disfunción sexual en el varón. Cuando producen exceso de hormona de crecimiento se llama acromegalia y los síntomas son crecimiento de las manos que lleva a cambiar el tamaño de los anillos, crecimiento de los pies con cambio en el número de calzado, crecimiento de la mandíbula, diabetes, hipertensión y otros”.
Asimismo, “en la Enfermedad de Cushing el exceso es de cortisol, y puede aparecer obesidad de predominio abdominal, estrías rojizas, debilidad muscular, alteraciones del ciclo menstrual, cara de luna llena, hipertensión arterial  y diabetes. Además, en ocasiones es necesario reemplazar algunas hormonas  que se vieron afectadas como consecuencia del tratamiento quirúrgico y/o de radioterapia indicados para el tratamiento de estos tumores, por lo cual el manejo de estos pacientes es complejo", reveló la Dra. Danilowicz.

CHARLA SOBRE ENFERMEDADES DE LA HIPÓFISIS
Organizada por APEHI y la Sociedad de Endocrinología de Mendoza

Dirigida a: Profesionales de la Salud y Personas con enfermedad hipofisaria
Viernes 26 de Octubre – 17.45 a 21 hs.
Hotel NH Cordillera, Av. España 1324, Mendoza
Inscripción (gratuita) al teléfono (0261) 4306-616



TEST DE AUTODIAGNÓSTICO DE ACROMEGALIA

Las siguientes preguntas se orientan a detectar síntomas de acromegalia, una enfermedad vinculada a la hipófisis:
1.   ¿Presentás cambios en el tamaño o grosor de la nariz, las orejas o las manos, comparándolas con fotos de años anteriores?
2.   ¿Tu mandíbula se volvió prominente, o se separaron los dientes, o los dientes inferiores quedaron por delante de los superiores?
3.   ¿Aumentó el tamaño del calzado sin razón aparente? (sin haber aumentado de peso)
4.   ¿No podés sacarte la alianza del dedo, teniendo que cortarla para hacerlo?
5.   ¿Comenzaste a roncar por las noches al dormir?
6.   ¿Te disminuyó la visión periférica o se te nubló la vista?
7.   (mujeres) ¿Tuviste secreción de líquido por los senos sin estar embarazada?
8.   ¿Tenés recurrentemente fuertes dolores de cabeza o puntadas detrás de los ojos?
9.   ¿Transpirás en exceso o cambió tu olor corporal?
10. (mujeres) ¿Tu ciclo menstrual es irregular?
11. ¿Sentiste rigidez en las articulaciones o artritis?
12. ¿Tuviste hormigueos en las manos con cierta frecuencia?
13. ¿Sentís que disminuyó la libido?
Si respondiste afirmativamente a alguna de estas preguntas, no te alarmes. Te recomendamos que consultes con un médico endocrinólogo y hacele saber tu inquietud, para que te ordene los exámenes pertinentes y puedas tener un diagnóstico acertado.

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